El Destino. Reflexiones.
Para los que creemos que el destino de cada uno está escrito en algún sitio y no se puede cambiar, nos es más fácil adecuarnos a lo que la vida te dá, con el día a día, sin necesidad de entenderla, sin buscar explicaciones, aceptándola tal y como es, a resignarse, a dejarse llevar por la corriente. Sucede porque está establecido.
Para los que creemos que el destino de cada uno es un camino que se debe recorrer, andar se nos hace más llevadero, lo convertimos en un viaje, en una travesía por la vida. Mirando el recorrido hecho y el que queda por hacer.
Para los que creemos que el destino conlleva cumplir una misión, la vida se convierte en un reto, en buscar y perseguirlo, sin importarnos las dificultades, hacia un rumbo, para verlo hecho realidad y sentirnos complacidos, recompensados.
Pero también creemos que ese destino escrito, camino o misión, se puede cambiar y que para ello uno requiere de una tremenda fuerza de voluntad, un gran conocimiento de uno mismo y sobre todo el amor que te hacen sentir los demás.
Pero luchar contracorriente constantemente te puede llevar a la desesperación, al agotamiento, al naufragio, y yo sé que éste no es mi destino.
Sueños del presente.