miércoles, junio 10, 2009

Odas a la perdición o ¿a la salvación?.

Un soldado malherido, derrotado, perdido, que, tras la guerra, pretende regresar a casa.
A los perdedores nadie los cura, así que me debo lamer mis propias heridas.

Eché mano a la única botella de "Jack Daniel's" que tenía

y empecé a afrontar mi primer síntoma de dolor: El corazón.
No hay bastones que valgan para el corazón, ya lo dice la canción,
así que borrachera al canto. Intentando disimular las evidencias, caí en el abismo de la irracionalidad. Casi me ahogo en mis propios vómitos, en mi propio lodo de muerte.
Menos mal que una mano amiga cogío mi maltrecho cuerpo,
y lo devolvió a su lugar en la vida, vamos que me dejó en la cama, mañana otro día.
Me repetí que nunca más.

El segundo dolor llegó con la espalda. El eje central de mi movimiento reventó.
Claro, hacia meses que me estaba avisando y yo no le hacía ni caso.
Tres días con un pinchazo insoportable, me hicieron buscar remedio,
en la medicina occidental: "Enantyum y Myolastan".
Estamos de reparaciones, al que no le guste que no mire.

Mi mundo empezó a moverse y entre recuperación y recuperación:
"Four Roses", "Baillas", "vino turbio, tinto, blanco, rosado,..."
combustibles divinos para continuar dando ese movimiento necesario, para llegar a casa.
Pero el camino sería, aún, duro y esto no hacia más que empezar.


Hace frío, la primavera tarda en llegar, se hace de rogar,
"Vincigrip Forte", "Aspirinas", "Couldinas",...y a por el tercero: la gripe.
Sin tiempo para detenerme, y cuando los síntomas, del anual y puntual virus,
desaparecían, la natación reclamó su sitio en mi vida.
- ¡Ahy la natación, fuente hacia mi salvación!.


Y entre largo y largo, entre piscina y piscina,...
-¡Camarero, unos chupitos de "José Cuervo","Cacique" o "Melocotón",
por favor!.
De nuevo a la carga, a disfrutar la vida social.
Y siempre "Jack Daniel's", fiel compañero de viaje, analgésico de muchos males.

Hoy funciono, mañana no, "Espidifen" para las venas.
Extrañas mezclas. Ahora hay dolor, ahora ya no.

Eso sí, cada cosa a su tiempo, nada de "Cócteles Molotov".
Saliba para las pequeñas heridas, recuerdos y relatos para las cicatrices,
y miradas perdidas a mi querida luna llena.

Un nuevo cloroformo: "Atarax", un nuevo antítodo, un asesino de inesperados nervios.
-Con mucha, mucha moderación, señor doctor.
Copiosas comidas familiares, compromisos,..acabando con el estómago vacuno,..."Almax".
Esto funciona, voy hacia delante, hacia la salvación.


Benditas tardes, noches, de "Judas", "Voll Damm",...de paz, de tranquilidad.
Sereno, atento,...- ¡Joer, qué dolor de muelas!, ¡Dios!.
Cuarto, quinto, o, no sé porqué número iba.
La peor noche que recuerdo en mucho, hasta mi alma se partía la caja de risa, claro por estar un poco más partida, tanto le daba.
Corriendo, corriedo,...y en ocho horas la sanación: "Augmentine" y más "Espidifen".
Esto funciona, voy hacia delante, hacia la salvación.


Viernes de fútbol, tardes de natación, sesiones de música, "marihuanera", domingos de cine. Sin miedos, seguro, disfrutando.
Amigos a estribor, proa al frente y las pastillas al lado del botellón,...por si se me atrofía la espalda o el hombro.
Mi mundo, el mundo gira, sigue, no se detiene, no puedo parar. Sonríe, ríe, regala alegrías y por si acaso...más pastillas.
Meses de locura drogata, contenida, organizada.

Para llegar al futuro, hay que superar (como sea) el presente.

(Vuelvo a casa)