lunes, abril 27, 2009

Alicia y el país de las maravillas.

Creo que ha debido ser un sueño, de repente nos adentramos, como viajeros perdidos, en un mundo nuevo, de otra galaxia, atrapados por fuerza extrañas.

"A zarpazo limpio,
tiré la puerta que me separaba,
de un maravilloso país,
ya olvidado para mi,
con el paso del tiempo.

Alicia,
me había hipnotizado.
Un repentino hechizo,

tan efímero como una estrella fugaz.
Paso a paso hacia un final anunciado,
dirigí mis pies "idiotas",

hacia una ilusión rota.


Su piel era suave,
sus cabellos finos y morenos,
y en sus ojos aparecía,
con luces de neón:
- ¡Bienvenido al país de las maravillas!.


Su piel era frágil,
como si se fuera a romper,

como el acero rompe una flor,

Si vuelvo a tocarla...- Pensé.
Como si se fuera a quemar,
como el fuego quema el papel.


- ¿Estudias o trabajas?
Cuánto tiempo sin oir absurda frase,
pero en ese instante,...tan inocente.
Mi mundo, mi nave y mi tripulación,
en las mil y una maravillas.

- Veinticuatro años.
Casi se me
caen las lentillas de la emoción.
Volví a tocar a Alicia,

y con un: - ¡Qué bueno, olé, olé...te quiero!,
le dí otros dos besos.


Me acababan de quitar una eternidad,
como si un ángel bajase del cielo,
y me diera un sorbo,
de la poción: "eterna juventud".
Su impresionado rostro,
ante mi exagerada alegría,
me pusieron de media vuelta a la puerta.


Pero ni iba a ser yo quien rompiese su patito.
Ese número mágico,

lleno de vida, lleno de alegría,
de ganas de descubrir, de conocer,
del "Carpe Diem".

No voy a ser yo quien rompiese,
sus recién cumplidos veinte añitos.
No hubo un más allá,
la sinceridad estaba de mi lado,
y no me iba a fallar.


Rompi el hechizo: tres dedos en mi mano izquierdo,
y dos en la derecha.

- Pues no lo parece. Respondió Alicia.
- Pues si, lo sé,... y trabajo en,...bla,bla,...
donde la sinceridad excasea, pero siempre,
uno debe ser unomísmo,...bla,bla,... Le respondí.


Era como si el lobo,
le enseñase los colmillos
al cordero,
haciendo sonar trompetas
al estilo "S.P.Q.R." tocando de fondo,

y acompañado por un coro cantando:
"¡Hola mi amor yo soy tu lobo!". Ja, ja.

Lógico, el cordero pegó un tiró al aire,
era evidente que no me lo quiso endiñar a mi,
y luego salió corriendo,
...era de esperar.


El resto pareciá "Caperucita Roja",
con la diferencia de que el lobo,
no iba disfrazado de abuelita.


Un último intento de continuar una conversación,

pero, como bien dije al principio...
el final llegó antes de empezar".


¡No!, no sé llegó a nada más,
ni pretendía alardear contando...
un final en donde se comen perdices, o "corderos".
Como si el destino de mi "Odisea",
me dijese: "Otra Calipso... ¡No!".
Yo, ya me sientí feliz y contento,
con lo que me estaba ocurriendo,
ya me fue suficiente,
sabía que ese mundo no era el mío,
y que no podía llegar a más. No podía.
Algo dentro de mi me lo impedía.
(la bestia sigue encadenada).

Así que cojí mi nave, mi ébria tripulación
y continuamos la aventura por otro lado.

¿Hacia dónde?
Ahora, y después de lo acontecido,
lo veo más claro,...vuelvo a casa*.


*Casa: un lugar que abandoné hace tiempo, exactamente, un 14 de mayo de 2004.

jueves, abril 23, 2009

Encadenado. Crónicas de la luna llena.

¿Sabes qué significa,
llevar estos crueles grilletes,
en la manos y en los pies?
¿Sabes qué se siente,
cuando tu sangre se desliza,
gota a gota,
por todo tu cuerpo?.


Necesitado de dormir y nunca se puede.
Azotado y torturado,
en una húmeda sala,
en una pecaminosa cama.
No soy yo.

¿Qué esperas de mi,
qué esperas de nosotros?,
¿No te han bastado estos años,
que sigues dejándome encerrado?.


Un vicioso apetito,
me visita cada noche,
recorre mis venas,
y no seré satisfecho,
me será negado.
Un miedo insoportable,
batiendo letamente mi corazón.
Tengo la marca del caído,
clavado, justo, en el cerebro.
No soy yo.

Necesitado de volar,
de levantarnos.


¿Qué esperas que deba hacer,
cuando lo único que hice,
fue ponerme delante del cañon de una pistola?.

¿No te ha bastado,

que sigues dejándome encerrado?.
¿A qué esperas para dejarme salir?.
¿Qué más esperas de nosotros?.

Déjame salir. Seré yo, seremos nosotros.




lunes, abril 20, 2009

Fuera de control.

En la inmensidad del espacio,
navego...¿hacia dónde?.

Deslumbrado por fenómenos estelares,
mi sangre, se altera con la alegría,

que proporciona la libertad de sentir,
la ingravided del exceso.


Ebrio hedonismo recorriendo mis venas,
dispersándose por mis arterias.

La tripulación de jolgorio en jolgorio,
y en la bodega excasea mi preciado vino reserva.


Me pierdo con miradas extrañas y juveniles,
aguantando barras,
manteniendo mundanas conversaciones,
mirando estrellas lejanas.

Me distraigo con musicas celestiales,
recordadas, veinteañeras,..deshechizándome.

Me muero en mi propia incoherencia,
botellas de dolor etílico.

La resaca será larga,
flotando ingrávido,
en la demasía,
en el cosmos,
desorbitado,
sin control.

¡Baby, otro sorbo de absenta**, por favor!.

Y ya llevo una semana con una asiática pegada a mi espalda.

(* Güiski: del inglés "Whisky", y este del gaélico "uisce beatha", que significa "agua de vida".)
(** Absenta: del latín "Absinthîum", y este del griego "
ἀψίνθιον", que significa planta perenne de la familia de las Compuestas, como de un metro de altura, bien vestida de ramas y hojas un poco felpudas, blanquecinas y de un verde pálido. Es MEDICINAL, muy amarga y algo aromática).



miércoles, abril 15, 2009

Viaje sin retorno.

Enciendo motores,
los timones, ahora, responden.
Más allá, hay mil planetas,
hay mil estrellas, que no me conocen.
¡Basta ya de girar!,
alrededor de tu órbita espacial.

¡Basta ya de buscar!,
el instante idóneo para aterrizar.
Una planicie tan desértica,
como un espejismo tan irreal.
El momento perfecto para estrellar,
mi vida,
en el ojo de un huracán,
en lo más profundo de un abismo.

Enciendo motores,
rompo tu fuerza de gravedad,
que tanto tiempo me ha hecho divagar,
aquí no hay nada que ganar,
ni de mi para ti,
ni de ti para mi.

Tu un espejismo, yo un desierto,
no éramos tan distintos.
¡Basta ya!, ¡basta ya!

Enciendo motores,
me impulso lejos de ti,
me alejo,
me voy...


...yo no estoy.