Siempre pensé que la música debía ser un vínculo especial entre dos personas (un adjetitvo añadido al sustantivo). En nuestro caso, la ausencia era silencio, y debía ser sustituído por la compañia de algo más: la música. Y qué mejor manera que un concierto, en viernes noche de luna llena. Un concierto con uno de esos grupos "no televisivos" de tres al cuarto, sinó de los buenos, de los que realmente saben tocar y cantar de verdad, en directo, "cara a cara", más allá de una canción radiada.
Esa magía quería compartirla contigo,...pensar que por una noche, solo una, nuestros corazones estarían de nuevo juntos,...que bailarían enganchados canciones singulares, de una exclusiva voz femenina. Una hechicera noche que rompiera con el maleficio de ser noche y día, sol y luna, y una de tantas y miles "parejas extrañas". Todo para hacernos sentir, eso, exclusivos, únicos, unidos.
Lo sentí y aún lo siento, porque negarlo. ¿Y tú?.
Sentí, abrazados, por mi espalda, por tu espalda, a mi lado, como mis alas volvieron a batirse, a alzarse.
Cogí, tu mano suavemente y te conduje a dar un "vuelo" al son de la música (como cuando dos aves parecen que bailan en el cielo a tenor del viento). ¡Qué sensación volver a sentir lo arrinconado!.
Un día espléndido para avivar hogueras, compartir secretos, repartir sentimientos, palabras, hechos,... Una maravillosa noche de verano, para enmarcar.....en un cuadro de "bipolaridad".
Dos canciones.
Demasiado apresurado llegó, ese sorpresivo y supuesto momento.
Apenas salíamos del concierto, cuando al sentarnos en un terraza, llegó, en forma de arrasadora horda, tu "razón". De un escopetazo abatió mis alas, derrivó mi placentero vuelo.
Son de esas situaciones, en los que alzas la vista hacia un ennegrecido cielo. Paralizado, diriges tu mirada en búsqueda de ese inexistente resplandor, de una eclipsada luna. Mirada infinita por no ver la celeridad con que te aproximas al suelo.
No se quiere más, ni se ama más a nadie, por tenerlo atado o por dejarlo marchar. Ni quería atar, ni ser atado, ni quería dejarte marchar, ni dejar que me marcharse.
Es más, preocúpate cuando no te aten lo más mínimo, o cuando se marchen sin decir adiós, o cuando no les importe en absoluto que te marches.
¿Existe en tu mundo un término medio?, ¿tan difícil es compartir, disfrutar, los exclusivos momentos que nos regalamos?, ¿crees que realmente tu mundo es tan desmesuradamente antagónico al mío?,...
¡Claro que entiendo lo que me dices y lo que quieres!, y tú ¿entiendes a tu corazón?.
¡"Bonitas vistas" de la ciudad Condal!. Aciagas palabras de despedida.
El encantamiento esfumándose, resquebrajándose en millones de pedacitos. Dos canciones diferentes.
Inaba Denko.
Lo dicho, no hay dos sin tres. Hasta el momento, ese miércoles había sido un buen encuentro (desde la última vez, desde el concierto), pero algo se volvió a torcer. ¿Es cierto que contribuí a ganarme el segundo ¡no!?, ¿un mal entendido?. Yo no le quise dar una extrema transcendencia...y respeté que tú le dieras la importancia que requerías. Pensé que, quizás, el tiempo me daría la razón,..que no fue un error. Era cuestión de "Confianza". ¿Confiabas en mi?. Ya me dí cuenta que no. Al parecer el tiempo me dió la razón.
Kamizake.
A la tercera, la vencida. ¿Pedro negó dos veces a Jesús?, mas bien tres.
¿Otra deseperada contienda?. Los cañones de mi corazón, que tantas batallas habían librado, se silencieron, dejaron de disparar, todo por continuar haciéndote creer solo eso: conocernos, compartir, disfrutar, alegrarse, aproximar nuestros mundos.
Tu me diste las alas y las alas vuelven a ti: un grupo de valerosos e incautos soñadores se subieron a sus respectivos aviones. Un escuadrón de fanáticos y aférrimos defensores de mis hidalgas creencias, se dirigieron en formación, surcando los cielos, hacia un fatídico final.
De fondo sonaba mi estimada "Daudalagid", y cuatro farolillos iluminaban mi terraza.
Un zumbido de rotor, de motor, con los morros en picado, apuntando a tu acorazado corazón. Un último intento por conmoverte.
Un vuelo sin retorno, un último intento...y...estrellados, en el mar de los recuerdos.
Corazón: - ¡Otra vez con la misma discusión!. Siempre que me siento feliz, tú vas y...¡zas!, te pones serio, duditativo e incluso me levantas el tono.
Razón: - ¡Qué exagerado!. Sacas las cosas de contexto y no ves más allá de tus arterias.
C: -¡Vaya!, el que todo lo ve tan claro, al menos te dieron ojos, no como a mi que me hicieron ciego... pues si estamos aquí es, también, por culpa tuya.
R: - ¿Mía?....tú, y tus impulsos y sentimientos desmesurados,... que si tus ilusiones, tus alegrías, tu vivir la vida,...
C: - ¿Y dónde estabas cuando le mirábamos fijamente en el terraza de esa plaza?. ¿Acaso te quedaste dormido?.
R: - ¿Que dónde estaba?, ¿encima te atreves a decirme que dónde estaba?. Te dejé quedar con ella, aún estando en contra, y media hora de charla y ¡catapún! me sacudes en el epitálamo. C: - ¿Golpearte yo?, ¿y las cervezas que nos metíamos?,...claro, se te sube a la cabeza y pasa lo que pasa, te quedas ciego. R: - ¿Y qué quieres que le haga?. Si empiezas a esparcir y repartir el alcóhol por todos los lados,...y faena tengo yo para controlaros a todos, sobre todo a la vejiga, al hígado y al riñón,... C: - Perdona que te diga, pero yo también controlo a los demás. Que desde que me has dejado libre, ya no me metes esas asquerosas pastillas para tus dolores.
R: - ¿Tenerte cogido yo?, ¿pero qué dices?.. C: - ¡Ya me estás levantando la voz!. R: - ¡Vaya con el corazoncito, ahora se pondrá a llorar,...pobrecito!. ¿Y dónde te metías tú, cuando yo me medicaba?. Porque yo, al menos, intentaba tirar del carro,...y ¿tú?...¡ah si, ahora recuerdo!...el musculito estaba tirado por los suelos, llorando,...¡Qué lástima!...y venga a darle a la botella,...y la resaca ¿para quíen?, para el de siempre, para mi. C: - Vale, vale, tienes razón,...como no la vas a tener tú, la razón,.. alguien debería tenerla, ¿no?. ¿Será que no te lo pasabas bien cuando bebíamos?. Que si estoy flotando, que paz, que si la tranquilidad, que si el relax, que si ahora no pienso tanto,... y tu dichosa serenidad, para que no se te descontrolen los nervios,... Ahora a bailar, a decir tonterías, sobranteces, hasta que empiezas a balbucear. R: - Mira, no sigamos por ahí,...que no acabaremos nunca,...bueno sí, sí acabaremos, con una cerveza. En serio...¿te has parado a pensar en nuestro futuro, en nuestro bienestar, nuestra vida juntos, nuestros planes?. C: -¿Desde cuándo me tengo que parar a pensar?. Eso es cosa tuya, señor sabelotodo. R: - Siempre me haces lo mismo. Cuando algo se te mete entre pecho y pecho,...empiezas a olvidarte de mi. Tú y tu por fin soy yo, tus romanticismos y mil estupideces más. Me saturas y me obligas a ausentarme, te dejo hacer, y cuando vuelvo te encuentro tirado en el mismo sitio: en el suelo. Con tus historias de pájaros de fuego, que si relatitos, y ¡ahy, qué dolor, qué mal estoy!. C: - Fíjate, al que nunca le duele nada...¿será que no me pones a mil pulsaciones con tus rollos?. Que si el trabajo, que si la família, que si esto está mal, que...
R: - ...Que si no llega a ser por mi, tu no te levantas,... y ya estarías divagando en cualquiera de tus pozos. C: - ¡Qué cabezón eres!. Siempre la culpa de todo es mía. Pues te recuerdo (y que tenga que hacerte recordar yo tiene guasa) que esa pandilla de fenómenos y demás segregaciones hormonales del hipotálamo las creas tú y sólo tú, luego me las mandas,...y claro está, mi obligación es repartirlas...con las consecuencias que sean.
R: - Buenos, dejémoslo ya, ¿vale?. C: - Vale. R: - ¿Por qué no miramos de ponernos de acuerdo por una vez e intentamos hacer que esto vaya bien?. C. - Dime, ¿qué piensas?. R: - Creo que es posible tener nuestra vida juntos, con nuestras inquietudes, realizaciones, sueños, y al mismo tiempo estar con ella, mirar de disfrutar de los momentos compartidos con ella. Al fin y al cabo ella no es tan diferente a nosotros. ¿Y tú qué crees?. ¡¡¡RINGGG, RINGGGG!!! C: - ¡Corre, corre, envía la mano al móvil y cógelo, que seguro que es ella!. R: - Ya empezamos...¡Ahy qué loco me ha salido!. ¡¡Ya voy, ya voy!.
Estamos en el año 1999, cuando un grupito de amigos, vulgares y comunes, se demostraron así mismos que no eran tan "mediocres" como pensaban. Primero fue Litros quien incorporó al Ruso y al Freaky, este hizo lo propio con el Loco, y así hasta el Indio. Semana tras semana se reunían para disfrutar de unos amistosos partidos de fútbol-sala, en un viernes noche. Como mandaba la tradición, y después de cada encuentro, el Sil (perdón el Barna) era centro de acogida de esos jóvenes futbolistas abocados al exceso: tapas, la super-completa, cervezas, y turbio, más turbio. Esa relación se fue consolidando poco a poco, derrota tras derrota, fracaso tras fracaso, paliza tras paliza, hasta me atrevería a decir: humillación. Pero a ese grupo de ensimismados deportistas les unía más aún, cuando después del Barna, una extraña devoción alcohólica, y una compartida hemorragia descerebral, que les llevaba al Butiklan (perdón el templo amor, para alguno). A pesar de las derrotas, nuestro grupo de amigos, seguían haciendo camino, conociéndose y labrándose un inesperado futuro futbolero, sin importarles demasiado las tantísimas derrotas.
En el año 2000, llegaron tiempos difíciles para el Polideportivo de la Marbella (perdón, el centro zen de sudores y pateadas, para otro), y empezaron a faltar gente con la que completar los dos equipos. Aunque no era el caso de nuestro grupo, sinó el de los rivales (por norma), cuando tres o cuatro de ellos, tenían obligaciones con sus respectivos clubs. Que si debían entrenar, que si las novías, que si... vamos los figurines,..bla, bla,...
Pero el grupo seguía intacto. Llegaron los partidos de cuatro contra cuatro, incluso, la modalidad más bestia y absurda: tres contra tres, ¡y sin recortar campo, ni qué gaitas!. A excepción de algún que otro viernes, en donde se recobrada la normalidad cuando se incluía a gente (no habitual) desesperadamente. Y el grupo seguía intacto. Allá por el 2001 y tras unos duros meses de árduos esfuerzos físicos, entrenos pseudo-militares de tres contra tres, y la resistencia mental para no deseperar, la normalidad llegó. Los figurines y sus amiguetes de toda la vida, volvían a la cancha. Pero esta vez se encontraron, no con un grupo de mediocres y perdedores, sinó con un Super-Grupo.
El Indio (como su propio nombre indica) dejó de hacer el Indio con el balón (hasta se tropezaba con él), para convertirse en el Super Hero, con su Hiper, Mega, Super velocidad se convirtió en el máximo goleador, el esnifabandas, con gran regate, con super visión de gol e instinto letal. La sangre sudámerica y la samba del equipo. El Freaky dejó de seguir la pelota como un sabueso detrás de un hueso sin saber qué hacer luego con ella, para transformarse en El Brujo, capaz de teletransportarse de un lado a otro de la pista, de la defensa al ataque, y con sus sobrenaturales recuperaciones de balón (¿cómo cojones lo ha hecho?, ¿acaso será magia?), y subía la pelota por su banda hasta la esquina contraria, con su técnica palanca de Oz. El Ruso dejó de ser ese torpe mastodonte que no sabía como darle al balón, para convertirse en El Bestia, allí donde ponía el pie al contrario, además de coger la pelota, le regalaba la patada, se estrompaba contra él, como si de un muro de ladrillos se tratase. E incluso aprendió a pasar la bola decentemente y a jugar en equipo. El Litros, el veterano, el más mayor de todos, empezó a lubricar sus oxidadas y metalizadas articulaciones, para convertirse en El Latas. Calculador, gritón, peleón, minucioso como un microprocesador, corría de arriba a abajo sin romperse (¡Glória bendita cuando se chocaba con un rival y parecía ni inmutarse!).
Y por último yo, El Loco. Dejé de ser ese miope pupas, que no daba un pase a menos de dos metros, que no sabía ni organzir mi propia locura como para organizar a los demás, eso si no me hacía un esguince, y así pasé a ser El Capitán Hispania, cogí a mis amigos y los convertí en una patria, en algo por lo que luchar cada viernes, una bandera, y gritaba, animaba, no dejaba que se desanimasen, e incluso cuando me tocaban ya estaba agarrando el escudo para repartir. El Latas y yo éramos la espina dorsal del equipo: organización defensiva y ofensiva. El Super Hero la chispa, la genialidad y el gol. El Bestia era el muro, el último bastión para parar un contragolpe o lanzarlo. El Brujo era la magia (bueno su: ¡no sé cómo, pero lo ha hecho!), el incombustible luchador.
Y así fue como, durante tres encuentros les dimos a esos creídos de su propia receta: tres partidos ganados, pero el tercero fue la madre de todas las humillaciones: 13 a 2. Recuerdo como uno de nuestros rivales (de cuyo nombre prefiero no acordarme) gritaba: ¿Pero qué hacen estos?, ¡no puede ser que estos patanes nos hagan esto!. Y era respondido por uno de sus compañeros, el Bonell (el más agradable, el único de ellos que venía para hacer los famosos tres contra tres, el más cuerdo de nuestros rivales): ¿Tú dónde estabas cuando jugábamos tres contra tres?, ¡pues ellos no han parado de venir!. Una fea entrada rival (por parte de ese sin nombre) hacia mi, fueron suficientes, para que El Latas (pie en mano) y El Bestia (ladrillo, también en mano) se acercaran al tarao para recriminarle: ¡¡Aquí estamos entre amigos, y a mi un chalado como tu no me jode la pierna, que yo el lunes voy a trabajar, no sé tú!!!... Y sin finalizar el partido lo dimos por acabado.
Aquí tenéis a los componentes del Super Grupo. De izquierda a derecha: El Super Hero, El Capitán Hispania, El Bestia, La Musa Maravillas de nuestra inspiración futbolera (que a día de hoy ya no está con nosotros, por cierto, si alguien conoce alguna Musa,....que la traiga cuanto antes, por favor). El Latas y El Brujo.
Era uno de esos domingos, en los que tu casa te pide a gritos un poco más de atención, que debía dedicarme a ella, eso sí, con toda la tranquilidad del mundo y más lo acontecido ese mismo fin de semana. Un domingo, pero no como otro cualquiera, sinó de esos que hubiera querido haberme esfumado, desaparecido,...apartarme del pasado y arriconconarlo en el bahúl de los recuerdos. -¡Qué sorpresa!, en mi móvil un sms tuyo. Por fin respiré el alivio necesitado, mi llamada de socorro escuchada, por fin mi Ángel. Fue la primera vez que sentí que nos necesitábamos, que necesitábamos vernos, hablar y sobre todo apoyarnos el uno en el otro. Mis sentidos motrices se revolucionaron. Pasé de la imperiosa necesidad de tomarme las cosas con calma, a saltar de un lado a otro de la casa, limpiando como un poseso, escuchando esa canción que tanto te gusta. Barcos anclados. Lo primero que se me pasó por la cabeza cuando te ví: ¿le doy un abrazo, me abrazará?. Nada de nada, mucho me tenía que no era el lugar ni el momento más idóneos. Buscamos cobijo en una solitaria terraza, de un solitario puerto, donde yacían anclados pequeños barcos, veleros,... que bailaban al vaivén de un ligero viento que removía el mar. Por un instante apareció mi dulce sueño de coger uno de ellos y zarpar, llenándome de calma y apaciguando mis nervios...(¿le abrazo, me abrazará?). Los nervios desaparecieron, hasta que, entre frase y frase, conversación tras conversación, reapareció en mi cabeza una importante pregunta que te debía hacer, y que debía aclarar lo antes posible, eso sí, con una cerveza en el estómago y la segunda en la mano. La duda desapareció. A cada paso, a cada instante de charla, presentía que había algo más en común, entre tú y yo, de lo que nuestros ojos veían. Un susurro en mi cerebro: ¡me gustas, me gustas!.
Hasta que...¡zas!, dije algo, involuntariamente por supuesto, que no debí decir, algo que no te gustó,...y aunque la conversación continuó...tu muro, de nuevo, se alzó ante mi, y mi escudo se recolocó en posición defensiva. ¡No, no y no!, me negaba rotundamente a que me evaluasen así, a la ligera, sin tener en cuenta todo lo bueno que había hecho. Por un crimen, que nisiquiera sabía cuál era. Así de dramático lo veía, cuando yendo hacia el coche, creía que sería la última vez, una de esas fatídicas rayadas que se convierten en insostenibles montañas. Eso creía... Sin más palabras, sin más excusas, sin más necesidad de ir detrás de nadie pidiendo perdón,..saqué las llaves del coche y...me dije: "pues vale, hasta aquí, pues hasta aquí". Pero esa pequeña y recién nacida llama iluminó la oscura noche, iluminó nuestro confuso sendero. Me encendió y sin más armas que las ya usadas, decidí acabar con todo eso... y te abrazé. De nuevo sentí el calor de tu cuerpo, de tu corazón, de algo que hay y que se resiste a salir,... y una paz profunda envolvió mi mente, hasta que volví a sentir el deseo, como el primer día que te abrazé. Les gens que j'aime. Ese algo que hay, escondido y desconocido, nos dijo que si estábamos allí era por algo. Y ese algo no iba a morir así por así. Sin dudarlo te llevé a un lugar, del cual nos íbamos a acordar siempre, y no por todo lo acogedor, encantador y precioso de dicho pub, sinó por lo que allí ocurriría. La llama cogía fuerza, y todo gracias a los agradables momentos que están caracterizando nuestra relación. Y más fuerza, tras esquivar en un par de ocasiones, las dudas sobre si realmente sentimos algo más o no. No me lo pensé la tercera vez, tenía que ser allí, en un lugar mágico, donde las distancias se estrechan y las barreras se desmoronan,...y, ante tus insinuaciones,...
Un beso, tu mordedura, de serpiente, inyectaba un plácido veneno, que me paralizaba al instante. Herido por la fatal picadura, mi inherte cuerpo, intentaba responder, suaves besos, para calmar a mi depredador. Un beso, caníbal, dispuesto a devorarme, a comerme cada célula de piel, de carne, de huesos. Gravemente herido, defendiendo mis labios, con breves pausas, mientras acariciaba la cara, de mi fatal verdugo. Un beso, un picozato, de un ave rapaz, desgarraba, poco a poco, pequeños trozos de mi alma. Moribundo...¡Llegaste al fondo de mis entrañas!, una bestia, dispuesta a contraatacar, mordisquenado tus labios, tu cuello. Bestia, loca y sedienta, dispuesta a presentar batalla. Un beso, tan tierno y cálido como la noche.... ...¿cruzaste tu línea?.
Cruzando la línea. Como dos aventureros, perdidos en una recóndita selva, confundidos, pero alertados, perdidos en un mundo nuevo. - Parecía como si te conociera de hace muchos meses. Escuché. Dos completos desconocidos, esperando alguna respuesta, nerviosos, espectantes, mirando de reojo, el otro lado del río, del lecho. - No puedo evitar abrazarte. Escuchaste. Dos adolescente, cogidos, sin más en el más allá, dos inconscientes, muy conscientes, que anhelaban abrazarse. Dos segundos, como horas, eternas, fugaces. Era el momento, entre la temblorosa noche y el primer haz de luz. Era el momento, el águila y el lobo, reencarnados en sensualidad, en ganas, juntos, por fin, enganchados. Mirandónos a los ojos, con miradas pueriles, insensatas, reviviendo en nuestros pensamientos, sensaciones olvidadas. Noches sin dias, días sin noches. Extraños sin esperar el alba, que nos cogió desprevenidos, y terminó con el hechizo.
Yo sentí traspasar la línea. Un hoguera, potencialmente, pero reprimida, demasiado controlada. Me quitaste el alma, crucé la línea. Te entregué mis labios, ya son tuyos, te entregué mi piel, ya son tuyos, te entregué mi sudor, ya es tuyo, te entregué mis latidos, ya son tuyos,...solo tuyos.
Y tú...¿Cruzaste la línea? "(Suspiro). Buenos y profundos días...Aquí me tienes, donde el P, tomando mi primer café, en mi nube y con mi ¡¡Chupetón!!. Me encanta tenerte presente, pensar en ti, hablar contigo, nuestros sms,...besarte, cruzar la línea las veces que haga falta. Muac. Es lo que tiene estar enamorándote de alguien. Besos".
"El mundo Mediterráneo nunca dejó de tener herencia griega, no por el idioma, ni mucho menos, ni por la cultura,... sinó porque en algunos momentos nos siguen dando por ahí" (NachoRamus).
Iba caminando por el antiguo barrio de la Metropolis con mi amigo Litrón. Paraje repleto de comercios, tabernas y placenteros lugares donde distraerse, aseaerse,... o disfrutar de los manjares de la vida. Mi amigo y yo decidimos detener nuestro dicharachero paseo. Al final de una de esas estrechas calles, había una plaza con una típica ibérica terracita, donde decidimos empezar nuestras ofrendas al dios Dionisio. Mientras hablábamos de nuestras pequeñeces filosóficas sobre la existencia, la honra hacia lo místico y lo divino incrementaba, al mismo tiempo que nuestra bolsa de monedas menguaba. Tan contento y honrado se sintió Dionisio que nos arrebató hasta la última moneda, para así poner fin a nuestra frenética homilía, dejándola para el siguiente cambio de luna.
Tras percatarme de mi falta de liquidez y de capital, decidí poner fin y hacer caso a la señal de Dionisio. Hestia (diosa de las virtudes domésticas) reclamaba nuestra presencia en nuestros abandonados hogares. Pero como era de esperar y debido a la debilidad ante la religiosidad, nuestro crepúsculo se nos prolongaría más de la cuenta: - ¿Otro vino?, pregunté a mi amigo Litrón. - ¡Por los Dioses!, respondió. - ¿Vamos a las afueras? - Si, por el Barrio Ensanchado o por el Campo del Arpa. Para ello debíamos sacar dinero del banco metropolitano más cercano y que no se nos hiciera más tarde de lo que era. En el banco central, una enorme estatua de Hermes (dios de la elocuencia y del comercio) nos daba la bienvenida, pero lo encontramos cerrado. No hay dinero. Fuimos a otras sedes cercanas, y nada de nada,..cerrado. Ni siquiera el invento de un "genial viajero anglosajón", llamado "dinero plastificado", nos funcionaba. Y así uno tras otro.
Para colmo, y con la paciencia desmoronándose por momentos, mi burra, algo vieja y cansada, no quería moverse, y menos con dos personas (hecho del cual estaba muy poco acostumbrada). - ¡¡Maldita burra!!. ¡A ver si algún día me puedo comprar un caballo o un buey!. Exclamaba poniendo el grito al cielo. La verdad es que, la pobrecilla, sacaba la lengua, zarandeándola de un lado o otro, y yo sin una maldita moneda para pagarle un poco de agua en ¿cualquier abrevadero?,... ¿en el centro?, pero si no veíamos ni uno. Hasta Poseidón parecía habernos negado de agua. Gastando todas mis plegarías hacia alguna diosa, tipo "Fortuna", y que los intelectuales aún no habían creado, finalmente arribamos a Campo del Arpa. Allí observamos otro banco... Miré a Litrón y, ambos, curiosamente, pensamos lo mismo...ahí mismo acabaría nuestra aventurilla, no debíamos enojar más a los dioses.
Mi amigo haría caso a Hestia y a Morfeo, mientras que por mi parte, y tras poder haber saciado la bárbara sed de mi pequeña burra, concedería mis rezos a Apolo, para que así iluminase mi camino de regreso a casa, a la metrópolis extraradial de Cornelia. Mañana sería otro día, con el permiso de Zeus, por supuesto.
Puedes entender, ahora, ¿qué hago aquí?. Puedo entender el miedo que has tenido. Si has estado corriendo, huyendo del amor. Si has estado corriendo, huyendo del dolor. Pues ya somos dos.
¿Puedes entender qué hago aquí?. Si has sufrido demasiado tiempo, y no sabías decir ¡basta!. Si se te han escapado buenos momentos, y no sabías como cazarlos. Pues ya somos dos. ¿Puedes ver lo que te estoy diciendo?. Solo he llegado para hacer libre nuestro amor. Voy a dejarlo claro: Sin abrazos a escondidas, debajo de sótanos, ni besos en oscuros portales, ni ataques extraños, de extraños, ni celos innecesarios, ni ataques de pánico, Nuestro amor libre. ¡Ehy, estoy aquí!. Tienes dos opciones: o coger este momento, o dejar pasar el tiempo huyendo. Pues somos dos.
Sé que son sentimientos muy complicados, pero todo lo complicado... ...tiene un precio elevado, o... ... no hay precio con qué pagarlo. Sin magias rotas, ni camas solitarias, ni solitarias almas, ni días muertos, ni noches hambrientas, ni lloros a destiempo, ni relojes descontentos. Nuestro amor libre.
Estamos corriendo por el mundo, por culpa de un amor... y no sabemos nada de nuestro futuro. Y aunque, a veces, nos preguntemos: ¿qué hacemos aquí?...siempre te diré: Hacer libre nuestro amor. ¿somos dos?.
La Doncella del Mar. - ¿Las alas son de ángel o de demonia? - De ángel por supuesto,... porque para aguantar esto,...
Tiempo atrás soñé, durante mucho tiempo, con ese "espíritu celeste", y con su definitiva y carnal presencia. No tengo remedio, mi impulsiva osadia, y mi derruído pasado, me llevaron hasta ella, y ella acudió a mi llamada. ¡Ahy... mágico Mayo!. Magia en el primaveral ambiente, repleto de hechizos, maleficios, sorpresas, amores y desengaños. Solo estaba en el momento y en el lugar escrito, dije la frase correcta y te mostré lo que quedaba de mi. Me diste la respuesta idónea, tocaste con la punta del dedo mi gastada sensibilidad y algo, de nuevo, empezó a palpitar, muy lentamente. - Las alas son de libertad, de la libertad que me gané cuando tenía veinte años. - Yo las perdí cuando me caí...
"Pienso en lo que me dijeste en el coche antes de irte... y a mi también me encantaría repetir noches como la de ayer. Es un placer haber conocido una mujer como tú: madura, sincera, amable, dialogante, y sensible,.. esto me rompe, lo siento soy así. Me fascina pensar en el millón de cosas que me gustaría hacer contigo,... hasta me cortaba el pelo si me liberases. Pero ahora sé, que estás algo confusa y algo perdida (y quién no lo ha estado) y seguro que encuentras una solución. Te la mereces. Hasta entonces preferiría que te aclarases, pero si algún día me necesitas, silba y voy. Un petó fort i cuidat".
La velada fue preciosa. Por momentos olí esa magia espolvoreada por las calles,... pero tremendas dudas ofuscaban esa diminuta y especial sensación que surgió de diálogos y de miradas. Dudas del pasado, dudas entre el querer y el poder, emergieron de profundos abismos cuando escuché lo que no quería ni podía escuchar...
No hay dos sin tres. La confusión crea confusión, las sensaciones extrañas crean encuentros extraños. Los sentimientos que alteran nuestra rutina, nos empujan a situaciones insólitas, irrepetibles, únicas, y hasta pueden cambiar nuestro mundo, como un río que arranca con firmeza y arrastra con todo lo que halla a su paso. Volví a verte, a tenerte frente a frente, cara a cara, como a mi me gusta estar. Brotaron esas sensaciones puras, cristalinas, y muy, muy profundas, que solo brotan cuando tienes la creencia que esa persona es sincera. (Lo importante no es lo que brota, sinó de qué semilla brota).
Yo tenía que descubrir si esa platónica atracción hacia ti como persona, iba más allá, o era simplemente una conmoción cerebral, de palabras y gestos que entraban por mis sentidos, o sencillamente era una bocanada de aire fresco en un caluroso día de junio. Si era posible hacer realidad la combinación entre romanticismo y pasión. Sensaciones en tiempos de olvido, en tiempos de materialismo y decadencia. ¿Volvería a vivirlo, a sentirlo?, ¿me estaba limpiando?. Estabas preciosa, radiante y tu pelo, increiblemente suave, muy suave. ¿Y tu corazón?. ¿Qué me decía?. Estaba en ello. Los latidos del corazón, a veces no tienen explicación. Aparecen, mueven la sangre por todas las venas y alimentan el cuerpo, el alma. Un increíble fenómeno de la naturaleza. Debía seguir probando, tanteando el momento para poner deacuerdo el poder y el querer, finalizar mi confusión. Y hubo momentos, quizás hasta demasiados, pero no me atrevía. Cada vez que te tocaba, que me tocabas, que nos mirábamos fijamente y sonreías, veía esa oportunidad, el instante perfecto,...pero palpaba tu muro, mi muro y me reprimía. Y tu mirada derretía mi congelada alma, con un viento cálido de nuevas ilusiones. Ya no valían ni escudos, ni muros, ni apariencias ocultas, y cuando por fin ví desnuda tu alma....te dije: -¡Just one Caress, one! (sólo una caricia, una).
La chispa adecuada. De repente se paró el tiempo, el Universo al completo. ¡Qué fantástica sensación!, pensaba que lo había olvidado. Sentí cuerpo con cuerpo, abrazados, una repentina y fugaz paz, me sentí sereno (bendición divina),... Tú entre mis brazos...¡Tan frágil, como la pluma de un bello pájaro, mejor...de un ángel, con miedo a romperte, a quebrarte!. Seguidamente, y sin darme tiempo a reaccionar, sentí un chispazo. Doscientos veinte voltios electrizando mi sistema nervioso,... cuerpo con cuerpo, surgió la llama.
Besé tu rostro, lo volví a besar y lo volví a besar, sin pretender nada más, solo me conformaba con acariciarte. Rozarte con mis labios esa fragilidad. Como si diciendo: - ¡Eo, estoy aquí, no quiero hacerte daño!. Mi cuerpo, este trozo de carne, jóven pero perecedero, me volvía a encaminar hacia senderos ocultos. La voz del deseo, la llamada vanal, mezclada con una incesante y revolucionada química que revoloteaba por todo mi ser, que, evidentemente, debía calmar. Y claro, sentí lo que anhelaba descubrir,...que no era un sueño, que era real, que podía volver a sentir mi corazón latir junto con un ardiente deseo. Siempre juntos.
Un soldado malherido, derrotado, perdido, que, tras la guerra, pretende regresar a casa. A los perdedores nadie los cura, así que me debo lamer mis propias heridas.
Eché mano a la única botella de "Jack Daniel's" que tenía y empecé a afrontar mi primer síntoma de dolor: El corazón. No hay bastones que valgan para el corazón, ya lo dice la canción, así que borrachera al canto. Intentando disimular las evidencias, caí en el abismo de la irracionalidad. Casi me ahogo en mis propios vómitos, en mi propio lodo de muerte. Menos mal que una mano amiga cogío mi maltrecho cuerpo, y lo devolvió a su lugar en la vida, vamos que me dejó en la cama, mañana otro día. Me repetí que nunca más.
El segundo dolor llegó con la espalda. El eje central de mi movimiento reventó. Claro, hacia meses que me estaba avisando y yo no le hacía ni caso. Tres días con un pinchazo insoportable, me hicieron buscar remedio, en la medicina occidental: "Enantyum y Myolastan". Estamos de reparaciones, al que no le guste que no mire.
Mi mundo empezó a moverse y entre recuperación y recuperación: "Four Roses", "Baillas", "vino turbio, tinto, blanco, rosado,..." combustibles divinos para continuar dando ese movimiento necesario, para llegar a casa. Pero el camino sería, aún, duro y esto no hacia más que empezar. Hace frío, la primavera tarda en llegar, se hace de rogar, "Vincigrip Forte", "Aspirinas", "Couldinas",...y a por el tercero: la gripe. Sin tiempo para detenerme, y cuando los síntomas, del anual y puntual virus, desaparecían, la natación reclamó su sitio en mi vida. - ¡Ahy la natación, fuente hacia mi salvación!. Y entre largo y largo, entre piscina y piscina,... -¡Camarero, unos chupitos de "José Cuervo","Cacique" o "Melocotón", por favor!. De nuevo a la carga, a disfrutar la vida social. Y siempre "Jack Daniel's", fiel compañero de viaje, analgésico de muchos males.
Hoy funciono, mañana no, "Espidifen" para las venas. Extrañas mezclas. Ahora hay dolor, ahora ya no. Eso sí, cada cosa a su tiempo, nada de "Cócteles Molotov". Saliba para las pequeñas heridas, recuerdos y relatos para las cicatrices, y miradas perdidas a mi querida luna llena.
Un nuevo cloroformo: "Atarax", un nuevo antítodo, un asesino de inesperados nervios. -Con mucha, mucha moderación, señor doctor. Copiosas comidas familiares, compromisos,..acabando con el estómago vacuno,..."Almax". Esto funciona, voy hacia delante, hacia la salvación. Benditas tardes, noches, de "Judas", "Voll Damm",...de paz, de tranquilidad. Sereno, atento,...- ¡Joer, qué dolor de muelas!, ¡Dios!. Cuarto, quinto, o, no sé porqué número iba. La peor noche que recuerdo en mucho, hasta mi alma se partía la caja de risa, claro por estar un poco más partida, tanto le daba. Corriendo, corriedo,...y en ocho horas la sanación: "Augmentine" y más "Espidifen". Esto funciona, voy hacia delante, hacia la salvación. Viernes de fútbol, tardes de natación, sesiones de música, "marihuanera", domingos de cine. Sin miedos, seguro, disfrutando. Amigos a estribor, proa al frente y las pastillas al lado del botellón,...por si se me atrofía la espalda o el hombro. Mi mundo, el mundo gira, sigue, no se detiene, no puedo parar. Sonríe, ríe, regala alegrías y por si acaso...más pastillas. Meses de locura drogata, contenida, organizada. Para llegar al futuro, hay que superar (como sea) el presente.
El Archi, Hiper, Mega, Supra conocido y popularísmo "Indio", por fin ha hecho realidad ser un dj de verdad, ese dj que guardaba dentro, elitista entre y exclusivamente para sus amigos. En un arrinconado ordenador, de su lúgubre habitación, pincha discos, mientras le dá tientos a un vaso de licor. ¡¡Sirena, y que siga la fiesta!!, ¡¡Dj sesion residente: Hero 4 ever!!. Lo que antes eran viejas cintas, nefastamente mezcladas, eso sí, con toda la ilusión y devoción que hay en este mundo, ahora son simulacros de grandes sesiones, de grandes djs y de grandes discoteques. Hasta suena bien, claro, si tu oído es inexperto en la materia, todo sea dicho.
Las noches, para él, siguen siendo eternas, su delgado cuerpo sigue en su sitio, pero su cabeza se revoluciona, se enajena, al oir su "chumba, chumba" (binario, birítmico,...por supuesto) y tragos de Ron, y más Ron.
Caracterizado por sus muecas, mueve las manos como las marionetas, cuando por sus tímpanos entran notas, de aquella música que tanto le inquieta. ¡Qué maravillosos aquellos veinte años!. Desde los primeros hasta los últimos, cuando parecía que éramos indestructibles, y que nada ni nadie nos podia hacer daño, a excepción de algún "rapao" cruzándonos la cara.
De los malos sueños y los nefastos bajones, mejor archivarlos, arrinconarlos. Y que mejor manera de hacerlo que con sus irrepetibles "cenitas", en "Can Joan de Peguera",... hoy toca olvidar, toca disfrutar.
Il fuoco del Vulcano, Absenta, Ron, Güiski, etc...muy etc... y de cabeza a tiempos de: Raiders from the Storm, Just a perfect day, y siempre, siempre, su juvenil Happy HardCore. No me hago la idea de mi vida sin mi amigo. Y si la noche se tercia tranquila,...no pasa nada, ahí estamos para hablar, discutir, de la vida, de nuestras vidas. Filosofías baratas, en el bar de la esquina o en una "terracita". Intentando arreglar el mundo, entenderlo aunque fuera, sentados, viendo como todo iba tan deprisa,... o sencillamente disfrutando de la compañía amiga y sincera.
Al señor "diplomático", entre todos sus amigos, la vida le ha ido forjando, a golpe de hierro y fuego, madurez tatuada en el día a día. El "teléfono rojo", el nexo de unión de un barrio, de tanta gente, de aquellos años dorados. Nos unía y reunía a todos, a todos, para hacer de la noche de fin de semana, jóven y única. ¡Al abordaje!, ¡Carpe Diem!, ¡Petaos de la vida, a por la vida, que son dos días!. De aquel grupo, de aquella época lejana, ahora quedamos unos pocos, dispersos en grupos diferentes, fieles a su compañía,...y si se lo propone nos vuelve a juntar. ¡Cómo cambia la vida, querido amigo!. Y a pesar de todo lo vivido, malvivido o perdido, él continua, sigue dándonos muchas alegrías. No se rinde, no te rindas, que mañana será otro día. Sigue así, no cambies. Evoluciona (¿recuerdas?). Algún día encontraras ese niño que todos llevamos dentro y del que tanto ansías su reencuentro, aunque sólo fuera por fugaces y breves momentos, espero estar a tu lado, en tu compañía, para disfrutarlo, compartirlo...y como bien te dije hace muchos años: lo importante no es lo que aprendamos los unos de los otros, sinó lo que compartamos. Para siempre, mi amigo: Gero.
Esta vez no me toca hablar a mi, así que prefiero dejar a otros que sean quienes representen los sentimientos que ahora (14 de mayo) siento, de aquello que ocurrió un 14 de mayo de hace cinco años (Iª parte):
"Nací con el signo equivocado, en la casa equivocada, con el ascendente equivocado. Cogí la calle equivocada, que llevó a las tendencias equivocadas. Estaba en el sitio equivocado, a la hora equivocada, por la razón equivocada y la rima equivocada, en el día equivocado, de la semana equivocada. Utilicé el método equivocado, con la técnica equivocada. Equivocado, equivocado. Algo equivocado paso conmigo, químicamente. No puede pasar algo equivocado equivocado, intrínsecamente. La mezcla equivocada, en los genes equivocados. Llegué a los fines equivocados, por los medios equivocados. Era el plan equivocado, en las manos equivocadas, con la teoría equivocada, para el hombre equivocado. Los ojos equivocados, en las sensaciones equivocadas. Las preguntas equivocadas, con las respuestas equivocadas. Equivocado, equivocado. Avanzaba al ritmo equivocado, con la escoria equivocada, malgastando la energía equivocada, usando las líneas equivocadas, y las señales equivocadas, con la intensidad equivocada. Estaba en la página equivocada, del libro equivocado, con la interpretación equivocada, del señuelo equivocado. Con la luna equivocada, cada noche equivocada, con la melodía equivocada, tocada hasta que sonara bien, sí. Equivocado, equivocado.
Y una imagen vale más que mil palabras: http://culturebully.com/depeche-mode-wrong-video
Por favor, vuelve a mi. Por favor, regresa a mi. Llevo años viviendo en el espacio, en un universo muy extraño. Intentando aclarar mi mente, limpiar mi consciencia. Caminando por la delgada línea, entre el bien y el mal. Malgastando mi tiempo por otros mundos, entre el ser y el estar.
Por favor, vuelve a mi. Por favor, regresa a mi. No dejes que me siga perdiendo, por senderos equivocados. No dejes a la deriva mi lento navegar. Alumbra esta oscura soledad, y hazme vibrar como hiciste en tiempos atrás. Recuérdame el pasado, para no cometer los mismos errores. Hazme una señal. Por favor, amor, vuelve a mi. Por favor, amor, regresa a mi. No permitas que ponga tu nombre en vano, ni que reniegue de él. No permitas que caiga en el pozo, de la ignorancia, de la obsesión. Permíteme aprender que, aceptar, confiar y respetar, deben ir juntas al andar. Permíteme escuchar tu divina melodía. Tu nombre en un altar, para volver a creer, a tener fé, para rezar, para soñar,...que existe tu palabra: amar.
Por favor, vuelve a mi, amor. Por favor, regresa a mi, amor.
El mejor regalo que te puede ofrecer el pasado es no olvidar nunca un hermoso, único e irrepetible maravilloso recuerdo. De esto ocurrió un 14 de mayo de hace cinco años (IIª parte):
" Recuerdo la primera vez que hicimos el amor, dos locos escapados de una jaula, destinados a encontrarse. Mi bello electrizado, sangre hirviendo, tu cara iluminaba, senderos jamás inexplorados.
Recuerdo el primer dia que me dijiste: - "Te quiero". - ¡Éso no podía ser cierto!, apenas nos conocemos. Respondí. Te pusiste a llorar, te abracé. Dentro de mí, de ti. Recuerdo el primer dia que te dije: - "Te amo". Nada parecía imposile. Flores en la basura.
Recuerdo jurarnos nunca dejarnos, y el tiempo se detenía, era eterno, y morías entre mis manos. Los labios se enganchaban, era un regalo del Cielo. - "Yo moriré antes que tú". Te decía. - "No yo antes, ley de vida". Respondías. No soportaríamos la infinita ausencia. Desnudos, abrazados, al oído, cantábamos. Flores en la basura.
La chispa que incendió nuestros mundos, y cada vez que dicías: - "Te quiero, te amo,..." caía un pedazo de nuestros muros opuestos, y se abrían nuevas puertas.
Pero las flores no viven eternamente, las flores también se mueren.
Un trozo de mi ser se caía ante tus pies, tú mi regalo, yo tú ángel, dándome alas. Como dos águilas, enredadas por sus garras, en un vuelo con caída libre, enfrentados a un futuro incierto.
¡Qué maravillosa hubiera sido la vida, si nuestro amor hubiera sido tan infinito, como la pasión compartida. Éramos el color de la noche, la luz en una tierna mirada. ¡Qué bonita, qué preciosa estabas!, estábamos enamorados. Flores en la basura.
Y recuerdo la última vez que me dijiste: - "Adiós". Que te dije: - "Adiós". Recuerdo...que las flores no viven eternamente, las flores también mueren".
* Dedicado a todas las flores que dieron su vida, en nombre del Amor.
Debería, pero vacío. ¡Qué grande es el Universo!, ¡qué distante parece todo!, tan próximo de nada, de silencio. Mensajes en botellas, arrojadas al pasado, S.O.S en tiempos de olvido, holas sin adioses, adioses sin holas. Amo el silencio.
¡Qué oscuro el espacio!, ¡qué alejado me encuentro!. Mis pensamientos difusos, mis recuerdos subjetivos, un pasado gastado, ...botellas al vacío. Nada en en el horizonte, todo de mi lado, sigo vagando. Amo el silencio.
Ni mensajes, ni botellas, ni cómo, ni cuándo, ni dónde, ni porqué. Solo en tinieblas, un Universo solitario, todo de mi lado, vagabundeando, triste, contento,...silencio.
Ahora que te he perdido, he descubierto el significado de "perder". Ahora que te he dañado, he conocido el significado de "dañar". He aprendido el significado de "dejar en paz", de "estrellarme". ¡Sí!, he perdido, he dañado, me he estrellado, y sin embargo las estrellas, siguien brillando, para ti y para mi. Allí donde estés, que te acompañe tu estrella. Allí donde esté que me perdone la mía.
Ahora que te perdido, he descubierto el significado de "ganar". Ahora que te he dañado, he aprendido el significado de "cuidar", de "encontrar". ¡Sí!, he ganado, he cuidado y he encontrado, y sin embargo las estrellas, siguen brillando... ...dentro de mi, de ti, y he dilucidado el significado de "brillar". Allí donde estés, que seas muy feliz.
Creo que ha debido ser un sueño, de repente nos adentramos, como viajeros perdidos, en un mundo nuevo, de otra galaxia, atrapados por fuerza extrañas.
"A zarpazo limpio, tiré la puerta que me separaba, de un maravilloso país, ya olvidado para mi, con el paso del tiempo. Alicia, me había hipnotizado. Un repentino hechizo, tan efímero como una estrella fugaz. Paso a paso hacia un final anunciado, dirigí mis pies "idiotas", hacia una ilusión rota.
Su piel era suave, sus cabellos finos y morenos, y en sus ojos aparecía, con luces de neón: - ¡Bienvenido al país de las maravillas!.
Su piel era frágil, como si se fuera a romper, como el acero rompe una flor, Si vuelvo a tocarla...- Pensé. Como si se fuera a quemar, como el fuego quema el papel. - ¿Estudias o trabajas? Cuánto tiempo sin oir absurda frase, pero en ese instante,...tan inocente. Mi mundo, mi nave y mi tripulación, en las mil y una maravillas.
- Veinticuatro años. Casi se me caen las lentillas de la emoción. Volví a tocar a Alicia, y con un: - ¡Qué bueno, olé, olé...te quiero!, le dí otros dos besos. Me acababan de quitar una eternidad, como si un ángel bajase del cielo, y me diera un sorbo, de la poción: "eterna juventud". Su impresionado rostro, ante mi exagerada alegría, me pusieron de media vuelta a la puerta. Pero ni iba a ser yo quien rompiese su patito. Ese número mágico, lleno de vida, lleno de alegría, de ganas de descubrir, de conocer, del "Carpe Diem". No voy a ser yo quien rompiese, sus recién cumplidos veinte añitos. No hubo un más allá, la sinceridad estaba de mi lado, y no me iba a fallar. Rompi el hechizo: tres dedos en mi mano izquierdo, y dos en la derecha. - Pues no lo parece. Respondió Alicia. - Pues si, lo sé,... y trabajo en,...bla,bla,... donde la sinceridad excasea, pero siempre, uno debe ser unomísmo,...bla,bla,... Le respondí.
Era como si el lobo, le enseñase los colmillos al cordero, haciendo sonar trompetas al estilo "S.P.Q.R." tocando de fondo, y acompañado por un coro cantando: "¡Hola mi amor yo soy tu lobo!". Ja, ja. Lógico, el cordero pegó un tiró al aire, era evidente que no me lo quiso endiñar a mi, y luego salió corriendo, ...era de esperar.
El resto pareciá "Caperucita Roja", con la diferencia de que el lobo, no iba disfrazado de abuelita. Un último intento de continuar una conversación, pero, como bien dije al principio... el final llegó antes de empezar".
¡No!, no sé llegó a nada más, ni pretendía alardear contando... un final en donde se comen perdices, o "corderos". Como si el destino de mi "Odisea", me dijese: "Otra Calipso... ¡No!". Yo, ya me sientí feliz y contento, con lo que me estaba ocurriendo, ya me fue suficiente, sabía que ese mundo no era el mío, y que no podía llegar a más. No podía. Algo dentro de mi me lo impedía. (la bestia sigue encadenada).
Así que cojí mi nave, mi ébria tripulación y continuamos la aventura por otro lado.
¿Hacia dónde? Ahora, y después de lo acontecido, lo veo más claro,...vuelvo a casa*.
*Casa: un lugar que abandoné hace tiempo, exactamente, un 14 de mayo de 2004.
¿Sabes qué significa, llevar estos crueles grilletes, en la manos y en los pies? ¿Sabes qué se siente, cuando tu sangre se desliza, gota a gota, por todo tu cuerpo?. Necesitado de dormir y nunca se puede. Azotado y torturado, en una húmeda sala, en una pecaminosa cama. No soy yo.
¿Qué esperas de mi, qué esperas de nosotros?, ¿No te han bastado estos años, que sigues dejándome encerrado?. Un vicioso apetito, me visita cada noche, recorre mis venas, y no seré satisfecho, me será negado. Un miedo insoportable, batiendo letamente mi corazón. Tengo la marca del caído, clavado, justo, en el cerebro. No soy yo.
Necesitado de volar, de levantarnos.
¿Qué esperas que deba hacer, cuando lo único que hice, fue ponerme delante del cañon de una pistola?.
¿No te ha bastado, que sigues dejándome encerrado?. ¿A qué esperas para dejarme salir?. ¿Qué más esperas de nosotros?.
En la inmensidad del espacio, navego...¿hacia dónde?.
Deslumbrado por fenómenos estelares, mi sangre, se altera con la alegría, que proporciona la libertad de sentir, la ingravided del exceso. Ebrio hedonismo recorriendo mis venas, dispersándose por mis arterias. La tripulación de jolgorio en jolgorio, y en la bodega excasea mi preciado vino reserva.
Me pierdo con miradas extrañas y juveniles, aguantando barras, manteniendo mundanas conversaciones, mirando estrellas lejanas.
Me distraigo con musicas celestiales, recordadas, veinteañeras,..deshechizándome. Me muero en mi propia incoherencia, botellas de dolor etílico.
La resaca será larga, flotando ingrávido, en la demasía, en el cosmos, desorbitado, sin control.
¡Baby, otro sorbo de absenta**, por favor!.
Y ya llevo una semana con una asiática pegada a mi espalda.
(* Güiski: del inglés "Whisky", y este del gaélico "uisce beatha", que significa "agua de vida".) (** Absenta: del latín "Absinthîum", y este del griego "ἀψίνθιον", que significa planta perenne de la familia de las Compuestas, como de un metro de altura, bien vestida de ramas y hojas un poco felpudas, blanquecinas y de un verde pálido. Es MEDICINAL, muy amarga y algo aromática).